sexta-feira, 27 de março de 2015

Miguel Urbano Rodrigues: «Jean Salem y la cultura integral»

En un raro libro-entrevista, resumen de una conversación de largos días con Ayméric Monville, Salem habla de su vida, de la primera infancia en Argel, de la preadolescencia en Provenza, tutelado por una abuela y una tía ancianas (cuando el padre, Henri Alleg, se encontraba en la cárcel, condenado y torturado por dirigir un periódico que defendía la independencia de Argelia ), de su permanencia en Ivanovo, URSS, de un corto regreso a Argel, y después de París, aterrizaje de una correría por la vida y el mundo.

El libro Resistances es una reflexión ininterrumpida sobre la aventura humana, el pensamiento, lo cotidiano, el amor, el saber, el arte, la diversidad de culturas, la idea de revolución, la busca de la felicidad posible de un altermundista marxista. (lahaine.org)

«Que el pueblo gobierne: ahí está la dignidad», de de Red Roja (redroja.net)
Las medidas de austeridad y recortes sólo valen para pagar una Deuda creada para rescatar a la banda criminal de banqueros, grandes empresarios y a sus mandados en el Congreso, que juegan al ajedrez con nuestras vidas. Además de usar nuestro sufrimiento para llenarse los bolsillos, esperan que agachemos la cabeza y nos muramos en silencio. No vamos a hacerlo. [em português: resistir.info]

«Felipe es a Obama como Obama es a Rajoy», de Carlos AZNÁREZ (boltxe.info)
Si el líder del PP se conmovió ante el relato de Mitzi, ni que hablar de la «extrema cordialidad y emocionante recepción», que en palabras de la esposa de Ledezma, recibió del ex presidente Felipe González, quien ha decidido asumir la protección legal de Leopoldo López y de Antonio Ledezma, ante «la falta de garantías en Venezuela».
No podía ser de otra manera. González es el mismo «sociolisto» que en 1983 creara con sus mejores exponentes del PSOE los escuadrones de la muerte denominados GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) para asesinar ciudadanos vascos. Quizás en el encuentro con Mitzi Ledezma, Felipillo también evocó, nostálgico, aquellas veladas que mantenía con Carlos Andrés Perez (alias CAP) en Isla Margarita, en las que el venezolano, entre copa y copa, le aconsejara que para terminar con «los de ETA» tenía que aplicar mano dura e imitar lo que él mismo hizo con los insurgentes comunistas locales